Lorenzo Meyer

Alguna vez escuché tanta radio que los oídos me zumbaban. Ahora, porque debo asistir a la escuela, me es casi imposible seguir esa pasión. En otro momento hablaré sobre mis estaciones y personajes favoritos de la radio, tanto colaboradores como noticieros.

Pero viví "en carne propia", por decirlo de algún modo, las escenas que rodearon y, como polvo en el ojo, le molestaron la vida a Lorenzo Meyer. Me refiero al asunto de Carlos Marín y su falta de rigurosa recepción. No hablaré de este último personaje ahora (más bien, no hablaré nunca de este personaje, a quien, por otro lado, confieso, sigo muchas veces en su "Asalto a la razón" -pero, claro, un radioescucha debe conocer la cima y la sima de las ondas sonoras). Antes bien, sólo quiero decir un par de cosas sobre la radio.

Aunque he escuchado que la radio sigue siendo el medio más seguido, me parece que no se sigue con verdadera inteligencia. No pido que se escuche todo el tiempo Opus, sería casi una pérdida de tiempo. El mundo es más que la música clásica. Pero así como esto es cierto, el mundo es más que Alfa y Mix y esas cosas. Desde el 88.1 hasta el 107.9 hay una variedad enorme que temo pocos conocen.

Es una lástima que muchas veces nos dejemos llevar por noticieros (y me refiero a las personas que dan noticias) que usan palabras altisonantes o que su ámbito de movimiento es menor al que presumen tener. Eso habla tanto de nuestro país...

En fin. No más. Me alegro que Lorenzo Meyer sea absuelto (http://www.vanguardia.com.mx/lorenzomeyerabsuelto-1109647-columna.html). Me alegro que su voz permanezca en el aire.

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