Imaginar

*

Durante mucho tiempo habité los campos de nubes
que crecen cerca del río. Las horas se cuentan
con las gotas que vuelan. La vida se va volando.

Ya no hay hombres,
y con ellos se fueron los colores, el llanto,
el amor, la familia, las caricias y la compañía.

Sólo quedan torres exactas, escombros y ruinas
en un lugar donde la imaginación sostenía muros
y esperanzas.

Estoy solo, estoy solo.
Camino con mi lámpara que oscurece los pasos
y me mantiene distante de los cazadores.

Busco, acaso, un sobreviviente, alguien
que refleje mis gestos y balbucee mi nombre...

Las horas se van en el tiempo infinito.



*

Mi vida está llena de elefantes amarillos
que caminan tomados de la cola. Las orejas aletean
y alejan mis penas; las patas fijan los recuerdos
en la margen de un río inmóvil.

Elevan la trompa y los ojos contemplan un cielo gris
y morado y amarillo, que se confunde con ellos.
Amarillos los sueños y la piel de los sueños.

Como el agua en el agua y los dientes de león
y la ceniza y los suspiros, los elefantes
se disuelven en la tarde que cae.

Comentarios

Anónimo dijo…
me alaga la mención!!!

existirán otros regalos de esos que nadie regala!!

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