M. Anneo Lucano

Aquí otro trabajo escolar, ahora sobre M. Anneo Lucano. Se incluye una traducción amateur de los primeros versos del Libro III de la Farsalia.



Biografía
Nace el 3 de noviembre del año 39 d.C. Desciende de una de las más distinguidas familias de la capital de la Bética[1], la de los Anneos, de Córdoba. Nieto de Séneca el menor[2]. No más de ocho meses contaba el infante cuando sus padres se establecieron en Roma. El curso de sus años coincidió con el de los dos últimos del imperio de Calígula, todo el gobierno de Claudio y los 11 primeros años de Nerón[3]. Fue alumno del estoico Cornuto Persio[4], quien era muy afamado. Esta formación, unida a su ingenio natural, fue la razón de que apenas adolescente mostrara notable pericia en componer versos.

Hallábase en Atenas completando su educación cuando Nerón, deseoso de su compañía, le mandó llamar, y le distinguió dándole entrada en «la cohorte de sus amigos», asimismo le concedió la dignidad de cuestor antes de la edad legal (que era de 25 años). Todo parecía secundar las aspiraciones del joven Lucano, favorecido por la fama, encumbrado al valimiento del Emperador, admirado y mimado de todos, ídolo de los círculos literarios, cuando de improviso se nubló su estrella. El príncipe Nerón, que acababa de matar a su madre y se entregaba sin freno a satisfacer sus menores caprichos, se siente celoso de la gloria de su amigo. Quizá este sentimiento nace el mismo día en que Lucano recita en el teatro de Pompeyo un poema en loor de Nerón (Laudes Neronis), durante los juegos establecidos por éste. El poema le valió el reconocimiento y, además, Nerón tuvo que coronarle por su propia mano. O tal vez el desafecto surgió en una lectura pública dada por Lucano, en medio de la cual el príncipe se levanta y abandona de improviso la sala, lo que hiere profundamente la vanidad del poeta, quien desde aquel punto trata por todos los medios a su alcance de zaherir a Nerón. Recordemos que Nerón cuando subió al imperio tenía 17 años, Lucano 15. Su misma juventud, y la consideración del carácter positivo de las acciones iniciales del emperador, pudieron hacerle esperar, después del sombrío desprestigio de las postreras de Claudio[5], una época de nueva claridad para su patria. La perversión creciente de las acciones imperiales evidenciaría las razones que suprimieron aquella esperanza. En la Farsalia se revela tal descontento.

Por su parte, Nerón no dejó de responder los ataques de Lucano. Una de las primeras venganzas que toma contra él fue prohibirle leer en público sus versos y perorar en el Foro. No acertó el poeta a sobrellevar la prueba y en su deseo de venganza participó en la conjuración de Pisón, miembro de la antigua familia republicana. Tal conjuración pretendía dar muerte a Nerón. El descubrimiento de ésta deparó al Emperador la soñada ocasión de la revancha. Nerón le ordenó a Lucano que se suicidara. El poeta se abrió las venas el 30 de abril del año 65. Tenía, al morir, sólo 25 años.

Producción literaria
Aparte de la Farsalia se han rescatado 14 obras, de mayor o menos extensión, en verso y prosa: [6] 1) Iliacon, poema épico sobre Troya; 2) Catachthonion, poema sobre su descenso a los infiernos; 3) Laudes Neronis, poema en elogio del Emperador, que le valió un premio; 4) Saturnalia, probables poemas dedicados a sus amigos en las fiestas Saturnales; 5) Orpheus, trataba de un tema de ultratumba; 6) Medea, tragedia inacabada; 7) Siluae, 10 libros, probablemente poemas ocasionales, de contenido variado; 8) Salticae fabulae, 14 libros, argumentos o libretos para representaciones de pantomimas; 9) Epigrammata; 10) Adlocutio ad Polla, probablemente una exhortación en verso a su esposa; 11) De incendio Urbis, declamación en prosa contra el incendio de Roma por Nerón en el año 64; 12) Oratio in Octauium Sagittam et pro eo, discurso que parece claramente un ejercicio escolar; 13) Epistolae, colección de cartas desde Campania, se ignora si son en verso o en prosa; 14) Carmen, poema infamante contra Nerón.

1 Provincia romana creada por Augusto en el año 27 a.C. Su capital fue Hispalis, hoy Sevilla.
2 Lucio Anneo Séneca (c. 4 a.C.-65 d.C.), filósofo latino, dramaturgo, político y eminente escritor de la edad de plata de la literatura latina.
3 Calígula fue emperador de 37-41 d.C.; Claudio de 41-54 d.C.; Nerón de 54-68 d.C.
4 Aules Persio Flaco (34 d.C.-62), poeta romano, nacido en Etruria.
5 Los primeros actos de su reinado prometieron un gobierno justo y bondadoso; pero en el 42, su tercera esposa, Mesalina, tomó el control del gobierno en el cual practicó crueldades y extorsiones sin reserva.
6 Tomado de la Introducción a M. Anneo Lucano, Farsalia, ed. Antonio Holgado Redondo. Madrid, Gredos, 1984.
[Siento mucho el sistema de notas, pero es culpa de mi computadora.]

Farsalia
Consta de diez libros, de los que sólo los tres primeros vieron la luz en vida del poeta. Prohibida por el Príncipe, la publicación de los restantes se llevó a cabo por Pola Argentario, la viuda de Lucano. El poema quedó inconcluso porque Lucano, como se dijo, murió a los 25 años de edad.

Generalidades de la Farsalia y valor literario
Algunos destacan en la obra de Lucano su gusto por los apóstrofes, imprecaciones, interrogaciones y exclamaciones patéticas no menos que por las alocuciones y discursos que de continuo pone en boca de sus personajes a los que cede la palabra, gozoso de su intervención directa. Lucano estremece su pasión impetuosa, su ardoroso entusiasmo en cada hexámetro que urde. Bonifaz Nuño y Amparo Gaos enuncian tres rasgos distintivos de la obra: la exactitud, consentida por la amplitud de conocimientos científicos, y el exceso, permitido por la libertad literaria. Antonio Holgado Redondo corrobora esta idea. Él cree que uno de los aspectos que salvan a Lucano es la intensidad de sentimiento. Hay una clara, también dice, tendencia a lo patético, al pathos que se representa en una rica gama de irisaciones personales: sentido trágico, paradojas, antítesis, etc.

Lucano desdeña la tradición. Hay un deseo por romper moldes, hay un deseo de saborear un nuevo estilo, dinámico e individual, sin normas. Lucano rompe con la tradición épica.

Antonio Holgado Redondo cita algunos rasgos peculiares de la Farsalia: 1) Supresión del aparato divino donde los dioses ya no aparecerán más como aquellos que tenían en las manos los destinos de los hombres. Los dioses no son manipuladores; 2) Al eliminar los dioses, Lucano debe buscar una explicación y sustituir la anterior. Muchas causas se explican con razones meteorológicas, también se basa en la historia y, por ende, en hechos reales, objetivos, descripciones geográficas, etc.; 3) Las historias clásicas cantaban voces que se confundían con las leyendas. La obra de Lucano no se confunde con la leyenda, sino con un pasado próximo real. Lucano elige un tema de historia reciente y verdadera, etc.; 4) Rompe con la tradición del héroe único como protagonista.

Rubén Bonifaz y Amparo Gaos rescatan tres aspectos como ejemplos de la originalidad en la Farsalia: A) La acción heroica, que en la obra consiste hacerle frente a un destino ―léase ejército― superior que sólo asegura la muerte, es representada por un héroe; B) Los presagios funestos aparecen en gran cantidad; C) Lucano tiende a voces hiperbólicas.

El texto latino y criterios de versificación
No conforme con la métrica y el ritmo que ésta debe guardar, el leguaje poético se caracteriza por la economía de recursos, la recreación de imágenes en la mente del lector que fueron pensadas antes por el poeta, así como transmitir, en este caso, un tiempo, un espacio, una situación y, entre muchas cosas más, compartir una voz que al principio es de uno solo. Como sabemos, la lengua latina es una lengua sintética, por lo que hacer una versión rítmica no es nada fácil, en especial cuando se pretende tener la fuerza de un escritor clásico en la misma cantidad de versos.

La Farsalia está escrita en hexámetros, metro conformado de 6 pies (dos sílabas largas o una larga y dos breves o viceversa, o 4 breves). Los primeros pies pueden ser 4 dáctilos ( — uu ) o espondeos ( — — ) o mezclados, el 5º pie es dáctilo, a veces espondeo, y el 6º espondeo, muchas veces una larga y una breve. Veamos un verso como ejemplo:
1. dūm nōn / sēcū / rōs lĭcĕ / āt mĭhĭ / rūmpĕrĕ / sōmnōs (Lib. III, 25)

El hexámetro es considerado el metro idóneo para temas épicos, de ahí que sea muy socorrido en la época. De la tradición griega pasa a la romana, pero no a las posteriores lenguas romances. Las literaturas modernas han preferido el endecasílabo para su épica (en especial las octavas reales: 8 versos de 11 sílabas con rima consonante) y muchas veces el alejandrino (verso de 14 sílabas compuesto por dos hemistiquios heptasílabos), tal vez este último el más cercano al hexámetro clásico. El metro para los hablantes hispanos se basa en sílabas y en acentos, no en pies; además, la lengua española es descriptiva, no sintética. El alejandrino me parece el más factible para hacer la traducción de un verso latino. Yo creo que el verso alejandrino nos hace olvidar esta diferencia sustancial entre una lengua sintética madre (latín) y una lengua descriptiva hija (español). Las traducciones de Bonifaz Nuño, aunque muchas veces parezcan ilegibles, son un claro ejemplo de ello, pues cada verso en latín está traducido a otro verso en español, traducción literal sintética.

Mi elección es simple: el verso alejandrino. No intenté hacer un verso en español por cada verso en latín; en realidad, le di mucha preferencia al patrón acentual, tratando de conservar un ritmo: cada verso está compuesto por dos hemistiquios, cada hemistiquio conserva su acento en la 6ª sílaba. Veamos algunos versos:

(vv. 1-8)
Cuan-do_el- Áus-tro_em-pu-jó // la- fló-ta,- re-car-gán-do-se
(acentos en 3ª, 6ª // 2ª, 6ª)
so-bre- cedén-tes- vé-las, // y- las- ná-ves- mo-vié-ron
(4ª, 6ª // 3ª, 6ª )
el- már- a-biér-to,- tó-do // ma-ri-né-ro- mi-rá-ba
(2ª, 4ª, 6ª // 3ª, 6ª)
ha-cia- las- ó-las- jó-ni-cas. // Só-lo- Mág-no- los- ó-jos
(4ª, 6ª // 1ª, 3ª, 6ª)
no- vol-vió- de- su_Hes-pé-ria, // mien-tras- mi-ró- los- puér-tos
(3ª, 6ª // 4ª 6ª)
pá-trios- y- las- o-rí-llas // que- nún-ca_han- de- vol-vér
(1ª, 6ª // 2ª, 6ª)
a- su- vís-ta,_y- de- nú-bes // el- á-pi-ce- cu-biér-to,
(3ª, 6ª // 2ª, 6ª)
y- con-tem-pló- los- món-tes // vá-gos- des-va-ne-cér-se.
(4ª, 6ª // 1ª, 6ª)

La sinalefa es una licencia a la que suelo recurrir, al igual que el hipérbaton. Sólo una vez utilizo las diéresis sobre vocal cerrada (v. 16: füi arrastrada…); con esta licencia se duplica el sonido y se rompe el diptongo, con el objeto de lograr el acento en 6ª sílaba. Pocas veces agrego u omito una palabra que no esté en el texto latino.

Aquí la traducción de los primeros versos del Libro III de la Farsalia de M. Anneo Lucano:

Texto latino (hexámetros)

Propulit ut classem//velis cedentibus Auster
incumbens medium//que rates movere profundum,
omnis in Ionios//spectabat navita fluctus:
solus ab Hesperi//a non flexit lumina terra
Magnus dum patrios//portus, dum litora numquam
ad visus reditu//ra suos tectumque cacumen
nubibus et dubios//cernit vanescere montis.
Inde soporifero//cesserunt languida somno
membra ducis; di//ri tum plena horroris imago
visa caput maes//tum per hiantis Iulia terras
tollere et accent//so furialis stare sepulchro.
“Sedibus Elysi//is campoque expulsa piorum
ad Stygias”, inquit, “te//nebras manesque nocentis
post bellum civile//trahor. vidi ipsa tenentis
Eumenidas quaterent//quas vestries lampadas armis;
praeparat innumeras//puppis Acherontis adusti
portitor; in multas//laxantur Tartara poenas;
vix operi cunctae//dextra properante sorores
sufficiunt, lassant//rumpentis stamina Parcas.
Coniuge me lae//tos duxisti, Magne, triumphos:
fortuna est mu//lata toris, semperque potentis
detrahere in cladem//fato damnata maritos
innupsit tepido//paelex Cornelia busto.
Haereat illa tuis//per bella, per aequora, signis,
dum non securos//liceat mihi rumpere somnos
et nullum vestro//vacuum sit tempus amori
sed teneat Caesar//que dies et Iulia noctes.
Me non Lethaeae,//coniunx, oblivia ripae
inmemorem fe//cere tui regesque silentum
permisere sequi. Veni//am te bella gerente
in medias acies;//numquam tibi, Magne, per umbras
perque meos manes//genero non esse licebit.
Abscidis frustra//ferro tua pignora: bellum
te faciet civi//le meum.” Sic fata refugit
umbra per amplexus//trepidi dilapsa mariti.


Farsalia. Libro III. Traducción y versión rítmica

Cuando el Austro[1] empujó la flota, recargándose
sobre cedentes velas, y las naves movieron
el mar abierto, todo marinero miraba
hacia las olas jónicas[2]. Sólo Magno[3] los ojos
no volvió de su Hesperia[4], mientras miró los puertos
patrios y las orillas que nunca han de volver
a su vista, y de nubes el ápice cubierto,
y contempló los montes vagos desvanecerse.
Luego, los miembros lánguidos del jefe renunciaron
ante el sueño letárgico; entonces, plena imagen
del fatídico horror, se vio que, de las tierras
abiertas, Julia[5] alzaba su cabeza sombría,
estaba en pie, de Furia[6], en sepulcro[7] encendido:
“De las Sedes Elíseas[8] y el campo de los píos
expulsada; después de la guerra civil,
füi arrastrada”, dijo, “a las sombras Estigias[9]
y a los manes[10] culpables. He visto a las Euménides[11]
yo misma que poseen, para con vuestras armas
enfrentarlas, antorchas; el barquero[12] del río
Aqueronte[13] quemado prepara innumerables
popas; son extendidos los Tártaros[14] a muchos
castigos; aun la diestra apresurando, apenas
se bastan las hermanas para la obra: las Parcas[15]
se fatigan rompiendo los hilos. Condujiste,
Magno, siendo tu cónyuge yo[16], jubilosos triunfos;
tu fortuna ha cambiado con los lechos nupciales;
y siempre condenada por el hado a llevar
al desastre a maridos poderosos, Cornelia[17],
concubina, casóse cuando la pira estaba
tibia[18]. Que se mantenga ella unida a tus enseñas
a través de las guerras, a través de los mares,
mientras se me permita romper tus intranquilos
sueños, y para nuestro amor ningún tiempo libre
tengas, sino que César[19] tenga tus días, Julia
tus noches. Los olvidos de la ribera létea[20]
no me dejaron, cónyuge, sin memoria de ti
y, de los silenciosos, los reyes me dejaron
seguirte. Entre las líneas de batalla, cuando hagas
la guerra, vendré a ti; de ninguna manera
te será permitido, oh Magno, por las sombras
y mis manes, no ser yerno[21]. Cortas en vano
tus prendas con el hierro: te hará mío la guerra
civil.” Cuando estas cosas sucedieron, la sombra
huyó desvaneciéndose entre el abrazo del trépido
marido.


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Notas al texto en español

[1] Austro. Viento del sur. Cuatro son los vientos principales, llamados también cardinales: a) el Austro (o Noto), que procedía del Sur y era húmedo y tempestuoso. En Grecia soplaba de ordinario en el comienzo del verano y traía frecuentes lluvias, siendo perjudicial para la salud; b) Bóreas, llamado también Septentrión o Norte; c) Céfiro, Favonio o viento Oeste; d) Euro o Vulturno, al principio se aplicó este nombre al viento Este, pero después significaba el Sudeste (euronotus).
[2] El mar Jónico es un brazo del mar Mediterráneo, al sur del mar Adriático. Está limitado al Oeste por Italia y al este por las Islas Jónicas y Grecia.
[3] Gneo Pompeyo Magno, aliado y yerno de Julio César, después su gran enemigo. Esposo de Julia, hija de César.
[4] En latín Hesperia significa ‘las tierras de Occidente’, a partir del griego Ẻσπερα, ‘occidente’. Para los griegos primitivos, la Hesperia que conocían era Italia. En este caso Hesperia hace referencia a Italia.
[5] Julia (83?-54 a.C.), aristócrata romana, hija de Julio César y esposa de Pompeyo Magno. En el año 60 a.C., éstos se unieron a Marco Licinio Craso para formar el primer triunvirato. César entregó a Julia en matrimonio en el 59 a.C. para fortalecer sus relaciones con su ambicioso compañero de gobierno. Aunque se trataba de un enlace por razones políticas, parece ser que Pompeyo y Julia llegaron a enamorarse, y que ésta desempeñó un papel fundamental para evitar fricciones entre su padre y su esposo. Tras la muerte de Julia en el año 54 a.C. y la de Craso en el 53 a.C., se incrementó la tensión y la hostilidad entre los dos restantes miembros del triunvirato. La consecuencia fue la Guerra Civil, la guerra de Farsalia.
[6] Hay un símil muy bien logrado por parte de Lucano con la imagen de Julia y la figura, sin duda cargada significado, de una Furia. Erinias, también Furias, en la mitología griega, las tres deidades vengadoras Tisífone (la vengadora del crimen), Megera (la de los celos), y Alecto (siempre encolerizada). Eran justas pero despiadadas y no atendían a circunstancias atenuantes. Castigaban todos los ultrajes contra la sociedad humana tales como el perjurio, la violación de los ritos de hospitalidad y, sobre todo, los delitos de sangre.
[7] Julia muere en el año 54 a.C. Su muerte junto con la de Craso, con quien César y Pompeyo formaron el triunvirato, entre varias razones más, provocó la Guerra Civil.
[8] En los Campos Elíseos residían los bienaventurados, las almas felices, donde tenían una vida llena de placeres. Los romanos pensaban que era una pradera florecida de asfódelos.
[9] El Éstige es un río de los infiernos (muchas veces aparece como laguna). Se llamaba Estigia a una fuente que se encontraba en Arcadia (región central de la antigua Grecia), cerca de Nonacris. Esta fuente brotaba de una roca elevada y luego se perdía bajo la tierra. El inframundo comienza en el límite de la laguna Estigia.
[10] Los griegos y romanos veneraban las almas de los muertos, es decir, las sombras de sus antepasados a modo de espíritus familiares, llamadas diiparentes y manes. La palabra manes no designaba a un difunto en particular, sino a todos las almas ancestrales que separadas de sus cuerpos aún no habían pedido pasar a otros nuevos.
[11] En la mitología griega, antiguos espíritus o diosas de la tierra, asociadas con la fertilidad pero poseedoras también de ciertas funciones morales y sociales. Son la transformación de las Furias. Éstas bienhechoras, contrarias a las Furias.
[12] Se refiere a Caronte. Su función consiste en pasar las almas de los muertos al otro lado del río Aqueronte. Conduce lo que muchos han llamado su barca fúnebre, aunque difícilmente rema, de ello se encargan las tristes almas; éstas, en pago, deben darle un óbolo.
[13] El Aqueronte es el río que han de atravesar las almas para llegar al reino de los muertos. Es un río casi estancado; sus márgenes son fangosas y están cubiertas de cañaverales. Actualmente se sabe que es un río de la provincia de Tesprotia, en el Epiro.
[14] El Tártaro es por antonomasia, junto con el Averno, el inframundo. Es el lugar del tormento, la cárcel de los dioses. El Tártaro aparece como la región más profunda del mundo, situada debajo de los propios Infiernos.
[15] Existen tres Parcas asociadas, vestidas de blanco, engendradas cuando Erebo fecundó a la Noche, conocidas con los nombres de Cloto, Láquesis y Átropo. Se dice que Zeus, que valora las vidas de los hombres e informa a las Parcas sobre sus conclusiones, cambia de opinión e interviene para salvar a quien le place cuando el hilo de la vida, hilado en el huso de Cloto y medido con la vara de Láquesis, está a punto de ser cortado por las tijeras de Átropo.
[16] Julia, hija de Julio César, fue esposa de Pompeyo. César entregó a Julia en matrimonio en el 59 a.C. para fortalecer sus relaciones con su ambicioso compañero de gobierno.
[17] Dama romana del siglo I a.C., hija de J. Cornelio Escisión Metelo. Se casó con Publio Licinio Craso, que murió en 54 a.C., en la expedición contra los partos, casando entonces con Pompeyo, que había quedado viudo de Julia.
[18] Se refiere a la pira del esposo de Cornelia, Craso. Antonio Holgado nos dice que el matrimonio entre Pompeyo y Cornelia tuvo lugar un año después de la muerte de Craso. Lucano da a entender que la muerte de Craso no es tan lejana como para que Cornelia tenga otro esposo.
[19] Obviamente se refiere a Julio César, padre de Julia.
[20] Se refiere al río Leteo o Lete, río del olvido. Antes de que las almas revivieran en el mundo debían beber del río.
[21] “De ninguna manera te será permitido dejar de ser yerno”. Julia le recuerda su condición de yerno, siendo ella su esposa y su suegro Julio César. Tal vez sea una manera de seguir cumpliendo su función de intermediaria y moderadora de ánimos, como cuando estaba viva.


Bibliografía

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Graves, Robert, Los mitos griegos, 1, 2a. ed., trad. Esther Gómez Parro. Madrid, Alianza Editorial, 2001 (Religión y mitología).

Grimal, Pierre, Diccionario de mitología griega y romana, trad. Francisco Payarots. Barcelona, Paidós, 1981.

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______, Farsalia. De la Guerra Civil, eds. Rubén Bonifaz Nuño y Amparo Gaos Schmidt. México, UNAM, 2004 (Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana).

Pimentel Álvarez, Julio, ed., Diccionario. Latín-Español. Español-Latín, 5a. ed. México, Porrúa, 2002.

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